DIRECCION OBLIGADA
TEATRALIZAR A JUAN EMAR///
Hablar de Juan Emar (1893-1964) es hablar de pasajes olvidados de la literatura chilena. Pero hablar de literatura chilena es poco para hablar de Juan Emar. Puesto que nuestro genio desconocido, puso la creatividad sobre la página, día tras día, dejando testimonio de vida y arte en una confusión maravillosa. Los suyo no es sólo literatura, no es sólo chilena. Es arte, es vida, es materia y universo. No es casualidad que por cualquier agujero cotidiano Juan Emar alcanza el paroxismo, alcanza el todo. En términos literarios, la obra de Juan Emar, castigada por los críticos de la época, debió esperar casi cuarenta años para que vinieran los honores correspondientes. Obviamente mucho después de su muerte. En términos artísticos la obra de Emar no tiene principio ni fin. Es fruto del un espíritu apasionado, de un bello loco de un siglo ido, de un enajenado de formalidades y sociedades conformistas. Juan Emar cuestiona, se cuestiona. Juan Emar juega a vivir la literatura.Plasmar la obra de Emar en teatro es un desafío no exento de riesgo. Pero hé aquí que este riesgo asume un rol primordial a la hora de canalizar la fuerza, la pasión y el empuje. Pues creo que la única manera de plasmar a Juan Emar, es ir a confrontarlo, como a él le gusta, confrontarlo creativamente, artísticamente, confrontarlo con el gesto, con la imagen, con lo que queremos decir, con lo que queremos ocultar, con lo que queremos develar. Es desnudarse frente a Juan Emar, para que su obra se abra a si misma.
En este roce he estado estos 10 años de lectura de la obra de Juan Emar. Desde que casualmente llegó a mis manos una obra desconcertante y bella, una obra cavilosa, con uno de los finales más hermosos de la literatura universal. Una apelación a la existencia toda. Ese era el libro gastado y viejo que llegó a mis manos. Dentro de ese libro venía el texto completo de la novela “Ayer” de Juan Emar.Y hé aquí, que diez años después, pongo en marcha un proceso de materialización, busco ponerle carne y hueso a la palabra, a la imaginativa emariana, para que nazcan los personajes, para que brote el espacio escénico, para que lo escrito se convierta en teatro.
LA DIRECCIÓN
Me permito antes de todo hablar del equipo humano que se ha embarcado en este proyecto. Si bien, he acariciado en silencio por años esta idea de llevar a las tablas a Juan Emar, siempre he cavilado acerca de la forma de hacerlo y con quien hacerlo.Pensar en un equipo profesional de gran valor artístico y de intenso valor humano era una premisa fundamental a la hora de escoger a las personas a las cuales he invitado a ser parte de esta creación.Yo no he juntado a este grupo empujado por el proyecto Fondart. Obviamente que creo y confío en la gestión realizada por el Mineduc a través de este concurso. Pero estoy seguro que mi deseo de crear este trabajo trasciende al hecho de postular, mi deseo habla de juntar un grupo humano, de proyectar en el tiempo un proceso creativo, cuya mezcla humana y artística nos envuelva en un resultado que nos confronte con lo que somos. Después de trabajar por años con La Patogallina he aprendido que la vocación, la firmeza, la entereza para sostener y empujar un proyecto, parten antes que nada de la empatía, de la humanidad puesta en el trabajo, de la terquedad que nace de la mirada, del gesto, y después de eso viene el juego, la creatividad y el arte. Por eso, es que no se trata de armar una ficha técnica de un elenco sujeto a un puñado de coincidencias, se trata de juntar un grupo humano y profesional que sea capaz de formar comunión, formar relación y crecimiento, es por este motivo es he invitado a personas que sean capaces de arriesgar, de entregar, de despojar y sacrificar, Les he invitado a vivir una experiencia de belleza, un viaje de transgresión artística y un espacio de apertura y humanidad. Así llegué a ellos, así a actores, músicos, artistas plásticos y técnicos que con una vasta experiencia profesional, han dicho sí, a este viaje, el cual, confiamos, nos hará mejores creadores, y mejores personas.
DEL TEXTO A LA IMAGEN
Plasmar el universo literario de Juan Emar en el espacio teatral, es algo que se me convierte en un acto inevitable. Pasando por “Ayer”, “Diez”, “Un Año”, “Miltin” y hasta llegar a “Umbral” el universo emariano; la versatilidad de las imágenes que van de lo vulgar a lo universal, la presencia del color y la textura, la transmutación del lenguaje, a veces sarcástico, a veces analítico, a veces absurdo, se me presentó con una fuerza dramática y una evocación de un universo nuevo: absolutamente teatral. A esto, vale sumar el devenir de sus personajes; sus obsesiones, sus proyecciones metafísicas, sus argumentos, sus anhelos, sus sueños, sus imaginadas verdades, sus desquiciadas acciones, que pasan del humor absurdo al discurso existencialista formando un grafitti que da vida, que guía sus movimientos, que los convierte en comunicadores -o anticomunicadores- de la vida misma en el comienzo de este final interminable llamado existencia. Poner la teatralidad de Juan Emar bajo un estilo definido se torna un ejercicio interesante. Hay relaciones; hay absurdo, hay comedia, hay crueldad, surrealismo. Pero como Emar es un eslabón perdido en la literatura chilena, así mismo, definir su teatralidad, será parte de un ejercicio maravilloso que se llama “descubrir”. Por eso, que la manera de enfrentar este descubrimiento, será parte del trabajo que he pactado con el devenir del tiempo, el desarrollo de improvisaciones, el roce creativo con todo el equipo involucrado en el proyecto.Sobretodo, aferrándome a esto último, valiéndome de este equipo de seres apasionados, empujadores intensos de su trabajo artístico cada uno desde su área y su experiencia. Me hace feliz darme cuenta de se arma un equipo humano y artístico de esta profundidad.
Por último, creo que es valioso para la historia de un país como el nuestro que la obra de este genio desconocido comience a llegar al espectador común. Entendemos los esfuerzos que se han hecho por darle un lugar a su obra, principalmente en estos últimos años, en donde han aparecido importantes colaboradores en su recuperación, sus últimas ediciones, la importante edición de “Umbral”, empujada por Pablo Brodsky y editada por la DIBAM y la creación de La Fundación Juan Emar, dan cuenta de la preocupación de este genio olvidado. Por eso, estoy convencido que esta puesta en escena puede ser otro gran aporte a la difusión de su obra; el dar ese salto importante del texto a la imagen, del libro al teatro, creo que se convertirá en un acto significativo, y confío que será un empujón que arrastrará a más de alguno a hacer justicia con el pasado, a sacar del silencio colectivo en que se ha mantenido la obra de este autor, acercarse suavemente a conocer a Juan Emar.
Pato Pimienta///
1 Comments:
Plasmar el universo literario emariano en una representación teatral no me parece tarea fácil. Pero pensémoslo así; Juan Emar llega, en cierto punto de su narración, a una conexión tan íntima con el lector que logra aproximarse al Todo, a la realidad captada por los cinco sentidos, ya no sólo por los ojos leyendo sus palabras ni sólo por las manos sintiendo el placer de sostener una obra maestra. Es el éxtasis de la lectura. Entonces, ese Todo es percibido de forma tan poderosa por el ser, que lo único que nos queda es entregarnos, olvidar el intelecto y el conocimiento, poner énfasis en las sensaciones que Emar nos hace despertar, entender el absurdo como si nos perteneciera, y la locura como el camino hacia el ojetivo final.
Creo, Pato, que es esto justamente lo que has hecho, y el resultado final ha sido una obra fabulosa, una adaptación impresionantemente buena del capítulo tercero de Ayer, quizás el pasaje mas "cable a tierra" que escribió Emar, uno de los que más nos conecta con su intimidad.
Felicitaciones, y espero que nos volvamos a encontrar si recuerdas a esta niña de 15 años serenense loca por Yañez Bianchi.
Te dejo mi correo, estamos al habla
bubulina.snm@gmail.com
Amanda.
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